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miércoles, 9 de mayo de 2012

Guarden mucho sus almas.

Guarden mucho sus almas.... Deuteronomio 4 : 15

Nuestra vida, aunque es considerada un accidente sexual para algunos, o el motivo de una unión de amor para otros, es nada mas y nada menos que el deseo de Dios. Dios mismo expresa a traves de los seres humanos su voluntad y deseos. Nuestra vida gracias a Él no es un accidente.

Desde antes de nuestro nacer y mas tambien Dios tuvo en cuenta el pecado, por esto sus planes no se corrompieron, ni menguaron. De hecho el decidió seguir adelante, aunque su omnisciencia sabía del desastre de la caída de los angeles y el hombre, su amor iría adelante de nosotros.

Antes de que el mundo tuviera lugar, Cristo estaba en el plan de redención.

Nuestra vida dijímos tiene sentido mas para Dios que para nosotros, de hecho sin él es algo vano, dado que el designó el tiempo y lugar de nuestra existencia. Aún la rotura de un matrimonio incompatible, da a luz hijos con un proposito mas que eterno, invisible a nuestros ojos e incompresible con gran razón.

Jefté era el hijo de una prostituta, el se crió con esa fama y reputación, y fué despojado de su herencia ya que su padre era de renombre. Sus hermanos lo rechazaron por ser de otra madre, imaginemos los años, el corazón de Jefté, las noches en que su mente daba vueltas acerca de como nació. Al parecer su papá no le dió mucha importancia, ya que la vida de Jefté era de escandalo y verguenza para su padre.
Sin embargo nos cuenta la Escritura que El Espiritu del Señor vino sobre él y se puso en marcha.
Dios libertó al pueblo de la opresión, utilizando su vida.

Su vida que por los hombres fué considerada como un error, como algo molesto, que fué apartado de sus seres queridos y desheredado, ahora el descubría en intimidad con Dios que todo tenía un porqué, es mas, él al estar cerca de Dios, estaba descubriendo realmente quien era él mismo.

Dios mismo se adjudica los nacimientos: 
Josúe 24:3-4 
   Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di Isaac.
  A Isaac di Jacob y Esaú. 

Pero esta nuestra existencia no es desde al nacer :

Jeremias 1:4-5
 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
 Antes que te formase en el vientre te conocí
.

Dado pues que no hemos intervenido en la descisión de nuestra existencia es a Dios quien debemos remitirnos, sabiendo de quien venímos y a quien daremos cuenta, es desesperante para nuestro ser que encontremos su voluntad, y una vez esto seguírla hasta terminarla.
En Dios descansan nuestras raíces, y nuestra existencia nos demandará que lo busquemos aunque la paz perdamos al punto de nada saciar su petición, porque Él y solo Él es lo que quiere.

El Señor utiliza muchas figuras para enseñarnos su importancia:

Él es el Agua, Él es la Roca, Él es la Vida, Él es el Camino, Él es el Pan, El es el Castillo, Él es la Luz, etc, gran etc.

Si analizamos profundamente estos terminos veremos que tienen un significado mas que importante; impresindible para nuestro ser, no podemos darnos el lujo de pasar por aquí sin ni siquiera, buscarlo, sin darnos la oportunidad de conocerlo. 

Ahora desde el punto que Dios prefigura todas estas imagenes ¿Cual serían nuestras consecuencias, si no lo aceptamos? 

¿Que sucede si no recibímos la verdad que necesitamos agua?
Si vemos mas de cerca, el cuerpo nos demanda agua, porque? Porque está compuesto por agua y la falta de ella, serán informadas enseguida.

Bien,  nuestro interior, ese lugar que nos dice quien somos, que guarda sentimientos, nuestra persona, y donde fluye nuestra identidad única, aquel ser que se esfuma cuando exalamos el último aliento...perderá la paz.

Perderá el común denominador del porqué estamos existiendo, de para que iniciamos un viaje que se está haciendo muy largo, nuestra brújula tendra por igual apuntar al norte o a otro lado.

Dios nos otorga la vida para que nos quede chica con Jesús al lado, y es por esa razón que nos regala una eternidad, junto a Él.

El Hecho de conocer a Dios, no es todo el caso, hay mas...

Dice la escritura que Moisés tuvo la desición de rechazar las comodidades del Pecado, de un reino pecador, e idolatra. El descubrió que ese llamado iba acompañado de un camino a vivir.

Un camino que si él no lo transitaba, las cosas hubieran sido muy diferentes..Su vida hubiera sido otra, pero no lo fué.

Elegímos una descisión, elegímos una consecuencia.

Si Dios es el Agua, la Luz, la Vida, y lo rechazamos....como guardaremos nuestras almas? Acaso sabemos que si esta vida sin Dios es un desierto? Como rechazaremos el agua? ¿Acaso sabemos que este mundo camina en oscuridad? Como rechazaremos la luz?

Debemos volver a las sendas antiguas, dejar aquellas que descansan en nuestras buenas obras, en nuestras justicias, en nuestra "bondad", para entender que mas alla de nuestras obras....el problema del hombre es el estado en que se encuentra...un estado de corrupsión, irreversible. 

En donde Cristo realiza una marcha atras? Nooo. Una nueva creatura. Algo nuevo, un nuevo comienzo.
Nota: Dice : Guarden mucho sus almas.

Si nosotros no buscamos a El Dios de la Biblia, si...viviremos como todos los hombres, pero habremos vivído de verdad?

No todos los hombres lo hacen.

Si ahora tu interior, te reclama un bien que no conoces, es buen sintoma, sigue adelante, porque es buena señal.

En la Biblia, los patriarcas que caminaron con Dios, experimentaron cosas muy duras al principio, pero su decisión fué de gran beneficio para ellos y tambien sus descendientes.
Porque el sacrificio de pocos es la comodidad de muchos, y nuestra vida puede ser desde este momento, un punto fin y un comienzo en la cadena generacional. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Isaias 58:12


Si hasta este día tu familia o tu vida ha sido a tus ojos un desastre...sabé que puede ser un gran instrumento de cambio para Dios, porque no son los sanos los que llaman al médico.




Llámalo, el vendrá. 


 Cercano está el Señor a todos los que le invocan,
A todos los que le invocan de veras.
                                                                         Salmos 145:18